«Ha nacido en La Chaux-de-Fonds, una localidad al noroeste del país helvético que durante más de un siglo ha ejercido como centro mundial de la alta relojería.
En vez de quedarse de brazos cruzados, muchos emprendedores aprovecharon los confinamientos derivados de la pandemia para dar rienda suelta a sus ideas y llevarlas a cabo. Lo hemos visto en la industria relojera. Si hace poco nos hacíamos eco del despegue de la enseña Atelier Jalaper, cuyos relojes están fabricados con una plancha obtenida del capó de un Aston Martin DB5, ahora llega H992, otra firma novata de la factoría suiza.
Ha nacido en La Chaux-de-Fonds, una localidad al noroeste del país helvético que durante más de un siglo ha ejercido como centro mundial de la alta relojería. Allí, muchas firmas insignes mantienen sus manufacturas, como Tag Heuer, Ulysse Nardin y Cartier. ‘La Chaux’, para los amigos, se halla a 992 metros sobre el nivel del mar, de ahí el nombre de la nueva marca, que lleva la H por la forma de las calles de la ciudad. También es la hache de horlogerie (relojería en francés), de heure (hora) y de humanité (humanidad).
Hay un equipo independiente y con experiencia en el mundo de la relojería detrás, que prefiere dejar hablar a los relojes y quedarse en un segundo plano. Los modelos que han creado son mecánicos, los han lanzado en una serie limitada de 992 piezas, y tienen un precio asequible, de 992 francos suizos (unos mil euros), ya estén fabricados en acero inoxidable o en acero con recubrimiento PVD negro. Sus responsables dicen que encajan en cualquier evento, “desde los cócteles de la alta sociedad hasta el underground más oscuro”.
Los relojes H992 son grandes, con una caja de 42 mm de diámetro, y portan un segundero a las 6 h. Están impulsados por un movimiento automático del proveedor Sellita, el calibre SW260-1, que ofrece 38 horas de reserva de marcha y que ha sido certificado por el Control Oficial Suizo de Cronómetros (Cosc), la más alta instancia de Suiza en materia de precisión relojera. Lo cual les da un punto de credibilidad y fiabilidad.
El calibre, que aporta la función de fecha (ubicada en una ventana a las 3 h), se puede observar a través del cristal de zafiro de la parte posterior del reloj de los nueve modelos que componen la línea H1. Llevan el brazalete de acero integrado, muy del gusto de los fans relojeros modernos, o una correa de caucho negra.
Hay cuatro esferas diferentes: negra, azul, verde y plata, y todos los H1 tienen una hermeticidad al agua de 100 metros. La idea que hay detrás es que todas las colecciones venideras de H992 sean limitadas, y ya han anunciado que la siguiente tendrá un tamaño más contenido. Los relojes se venden online y en algunos puntos de venta de Suiza.
Los relojes H992 compiten en una franja de precios complicada con una competencia elevada en la que se mueven como pez en el agua Tissot, Seiko y muchas otras. Pero puede que su diseño sencillo cautive al mercado. Pronto lo veremos.»